El acueducto se encuentra en el centro de la ciudad y fue construido para hacer llegar el agua desde la Sierra de Guadarrama hasta la ciudad de Segovia. Su nombre procede de la unión de dos palabras latinas: aqua (agua) ducere (conducir). Previamente a la construcción de un acueducto, los ingenieros romanos debían llevar a cabo un minucioso estudio del terreno, de sus desniveles y de las posibilidades del posterior recorrido del agua.
Ingeniería romana
Las huellas que dejaron los romanos en la Península Ibérica en forma de monumentos son muy numerosas, pero el acueducto de Segovia es una de las más espectaculares. Esta monumental obra de la ingeniería romana cuenta con 167 arcos. Con sus casi 30 metros de altura, fue una herramienta imprescindible para transportar el agua a lo largo de 16.222 metros aprovechando los desniveles del terreno y abastecer a los habitantes de Segouia.