La Vaquilla de Chillón

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La Vaquilla de Chillón

Tradiciones que perduran durante siglos, trajes que pasan de abuelos a nietos y de nietos a hijos, tradiciones que se cuidan y que se involucran desde el Párroco, la Alcaldesa y  el  niño mas pequeño, eso es Chillón, eso es el día de fiesta grande, cuando los hermanos de San Roque van de casa en casa recogiendo uno a uno a los hermanos, donde te paras y siempre tiene un refresco o una pasta para que tomes fuerza, donde los hermanos llevan a la vaquilla hasta la plaza, donde el rito de la muerte de la vaquilla y después bailar la bandera es historia viva de un pueblo. Este servidor como un mero espectador trata de que con su cámara reflejar esta tradición, y donde los hermanos de San Roque que algunos son familiares lucen el traje de tu suegro y esa tradición perdura en la familia. Siempre me han tratado como uno de ellos, y con cariño hacia todo ellos les comparto este álbum de fotografías para el recuerdo de una Fiesta de Interés Turístico Regional.

«La vaquilla» es una fiesta en la que vecinos y visitantes pasean por el pueblo recordando lo sucedido entre julio de 1582 y agosto de 1583 cuando la villa se vio azotada por una peste que tomó, para su remedio, el patronazgo de San Roque.De esta forma se creó la Hermandad de San Roque y que los días 13 y 14 de agosto se celebre una original fiesta donde los chilloneros recuerdan aquella peste, ahora simulada por el cuerpo y la cabeza de una vaquilla de madera a la que, en forma alegórica, se le da muerte entre el júbilo de los asistentes , unida a bailes y expresiones de alegría para rememorar así la milagrosa desaparición de la peste que sufrió hace ahora casi 500 años.Creada en 1587 , la fiesta comienza la noche del 13 de agosto con el monorrítmico «son» del tambor que inicia la marcha triunfal de «La vaquilla» por las principales calles del pueblo.La gente que espera en la plaza se presta rápidamente a la fiesta, apiñándose alrededor de «La vaquilla» como provocando su embestida, el hermano que la lleva, corriendo de un lado a otro tras la gente, simula el ataque y, así, en todo el trayecto, hasta que la cede a los mozos que se van turnando entre sí hasta llegar de nuevo a la plaza.Tras unas horas de descanso, al alborear el nuevo día «La vaquilla» es llevada a las viñas más próximas al pueblo donde es coronada con verdes sarmientos y frescos pámpanos, y así es devuelta a la población, donde sus gentes, despiertas por el sonido mágico de la diana tamborilesca, irrumpen a la calle para presenciar el final de tan extraño rito: la muerte de «La vaquilla».En la plaza, donde se concentra el vecindario, se abre un amplio corro y en él se coloca la Hermandad de San Roque, ornada con todas sus galas y presidida por su Capellán. El Capitán da unos pases a «La vaquilla» y seguidamente le da muerte con la contera de su bastón.Inmediatamente, el paje , un niño que acompaña a la Hermandad en todo el trayecto, comienza a comerse la pera que había llevado clavada en su machete , lo que simbolizaría la desaparición de los bubones, uno de los síntomas de la peste.Después, y como punto final, el Abanderado y tras él cuantos hermanos gustan de hacerlo, bailan la bandera como símbolo inequívoco de alegría ante el cese de la peste, luciendo su garbo y donaire en rápidas y estilísticas piruetas que hacen las delicias del público.

Gracias Chillón, Gracias Hermanos de San Roque.